La CONCACAF Nations League: Una espina clavada en el orgullo del Fútbol Mexicano

Toluca, Estado de México.- La CONCACAF Nations League, que en su inicio fue vista como un torneo de trámite por la Selección Mexicana, se ha convertido en un doloroso recordatorio de las debilidades del fútbol azteca. Desde su primera edición en 2019, México no solo ha sido incapaz de conquistar el certamen, sino que ha sufrido derrotas humillantes a manos de su eterno rival, Estados Unidos, lo que ha marcado una etapa de dominio estadounidense en la región.

Las tres heridas de la Nations League

1. Final de 2020: El comienzo de una paternidad dolorosa

En una intensa final, México cayó 3-2 ante Estados Unidos en tiempos extra, con un penal fallado por Andrés Guardado y la frialdad de Christian Pulisic para definir al minuto 114. Esta derrota inició una racha de ocho partidos consecutivos sin victoria para México frente al USMNT, consolidando el dominio estadounidense.

2. 2023: La goleada y el caos en Las Vegas

En una semifinal que terminó en humillación, Estados Unidos goleó 3-0 al Tri. Christian Pulisic marcó un doblete, Ricardo Pepi añadió otro gol, y una gresca, iniciada por una patada de César Montes a Folarin Balogun, dejó a ambos equipos con dos expulsados. Esta derrota selló el destino del técnico Diego Cocca, que fue cesado tras el partido.

3. 2024: Otra final, otro fracaso

Tyler Adams y Gio Reyna marcaron los goles que sentenciaron un 2-0 en la última final, consolidando aún más el dominio estadounidense en el torneo y dejando a México con más preguntas que respuestas sobre su futuro futbolístico.

El último intento de redención

La actual edición de la Nations League tiene a México al borde de la eliminación tras caer 2-0 ante Honduras en el partido de ida. El encuentro de vuelta en Toluca se perfila como una prueba de fuego para el Tri, que necesita ganar por dos goles para forzar penales, o por tres si los hondureños logran anotar.

Un Torneo, Una Necesidad

Más que un trofeo, conquistar la Nations League se ha convertido en una urgencia para México. No solo sería un recordatorio de su estatus como gigante de la región, sino un incentivo crucial de cara al Mundial 2026. El juego ante Honduras será más que un partido; será una lucha por el orgullo, la confianza y el futuro de una selección que busca reencontrarse con su identidad.

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