Clásico 84: el derbi en donde el Monterrey jugó sin delanteros
Fernando Ortiz no será el primer técnico que enfrenta a 'La U' sin un referente de área; antes Miguel Herrera tuvo que hacerlo y con mucho menos plantel.
Por:Gerardo Suárez
MONTERREY, Nuevo León. Rayados jugará sin un centro delantero nato en el venidero Clásico. Las lesiones y, ahora, suspensiones, provocarán que Fernando Ortiz no tenga un referente de área frente a Tigres en el Estadio Universitario.
Ironía o extraña coincidencia, nuevamente el Monterrey le tocará vivir un derbi en donde deba meterse a ‘El Volcán’ para enfrentar a su odiado rival deportivo sin un eje de ataque.
¿La última ocasión? Un lejano año del 2007, en un Clausura, con una ‘Pandilla’ mermada por lesiones, un plantel limitado y mucho en juego. Porque el equipo ya estaba prácticamente eliminado de la competencia y el derbi era la único que podía maquillar el mal desempeño del equipo.
La cabalística Jornada 13 ponía frente a frente a la UANL y los del Cerro de la Silla. Y, en los días previos, Miguel Herrera, entonces estratega del Monterrey se debatía en cómo armar una alineación sin delanteros.
Rolando Zárate se encontraba lesionado y el colombiano Hugo Rodallega no estaba al 100 por ciento en lo físico.
Fue entonces cuando el ‘Piojo’, apoyado por sus líderes, logró acomodar un once en donde los delanteros serían Walter Ervitti, Jesús Arellano y Leandro Gracián. Según las crónicas, ‘Cabrito’ fungió como ‘9’, mientras que el ‘Tano’ y ‘Petizo’ lo acompañarían abiertos.
La intención era formar un tridente que provocara no hubiera una referencia de marca para la zaga universitaria… y el plan casi le sale a Miguel.
Esa noche, Herrera alineó con Christian Martínez en el marco; armó una línea de cinco en el fondo con Felipe Baloy como líbero, acompañado de Pierre Ibarra y Diego Ordaz; Joel Morales y Severo Meza serían sus laterales.
En el medio, Ernesto Serrato y Luis Pérez se encargarían de la recuperación y distribución de juego.
Arellano abrió el marcador al 33; sin embargo, Jaime Lozano igualaría minutos más tarde desde el manchón de penal.
Fue cuando apareció Gracián para colocar el 2-1 al 41’; pero Tigres nuevamente lo empató con otro tanto del mismo Jimmy también por pena máxima.
Después del cierre frenético del primer tiempo, el complemento no tardó dar de qué hablar.
Erviti labró uno de los goles más bellos en la historia del Clásico con un disparo desde fuera del área justo cuando el cronómetro marcaba los 64’.
Rayados dominó y parecía que saldría con el botín completo de Ciudad Universitaria.
Pero sucedió lo impensado. Juan Pablo García salió de la banca para empatar el partido a 3-3 con otra soberbia anotación, prendiendo desde lejos el esférico para batir a Martínez.
El duelo finalizó con la igualdad. Miguel Herrera estuvo cerca de que su apuesta de jugar sin un delantero nato le saliera. El milagro fue incompleto, pero nadie podrá reprocharle su osadía de meterse al Universitario a jugar sin un ‘9’, tal y como lo hará el ‘Tano’ Ortiz el próximo sábado.
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